Corporación Deportiva Profesional Curicó Unido: Personas que trabajan con el alma

Dicen que la frase fue casi azarosa. Como había que crear el nombre del nuevo club se pensó en complementar la palabra Curicó, hasta que uno de los fundadores gritó: “¿Y si le agregamos Unido?”.

Edmundo Rojas era un tipo de deportes. Árbitro, dirigente de otros clubes, activo en el fútbol, él conocía a José Fernández Balbín, un español que se instaló en la ciudad creando una de las tiendas más emblemáticas de los años '70, la Casa Amarilla.

Entre ambos lideraron el nuevo proyecto que tenía en la cancha al primer crack, Patricio Bonhomme y tipos de la casa, como Carlos Romero o el primer capitán, Sergio Fuentes. Siempre se buscó ese sello: desde sus orígenes, Curicó Unido fue un equipo con identidad local.

En nuestros pasillos decimos que en la historia siempre han existido los “trabajadores hormigas”, esos socios que cooperando en silencio han ayudado a mantener el club. Desde ellos, se organizaron durante los año '70 y '80 un sinfín de actividades para juntar recursos, como las míticas rifas al entretiempo y una decena de espectáculos de teatro, música y variedades.

Ni que lo diga Jaime Torrealba, otro de los simbólicos dirigentes que pasó tres veces por el club siempre cooperando con tiempo y dinero, como era la usanza de las primeras épocas.

Hoy por hoy, conformamos un grupo humano que trabaja con pasión: socios, dirigentes, colaboradores... Por el Curi todo, por nosotros nada!